CUK 44: Verano 2013 “Somos los que hacemos el mejor producto avícola del mercado europeo al precio más competitivo”
Federico Félix, presidente de AVEC
Ángel Martín, secretario general de Propollo
El próximo mes de septiembre se celebra en Valencia la LVI asamblea general de AVEC, la organización sin ánimo de lucro creada en 1966 para representar y promover los intereses de la industria europea de la carne de ave, y que actualmente agrupa a 17 países de la Unión Europea. Por este motivo, hemos entrevistado a Federico Félix, presidente de la asociación, y a Ángel Martín, secretario general de Propollo, con los que hemos charlado sobre los principales aspectos que preocupan hoy en día al sector.
A la vuelta del verano se celebrará en Valencia la XVI asamblea general de AVEC. ¿Qué se puede esperar de ella?
Federico Félix: Va a ser una asamblea normal, como la que hemos venimos celebrando en los últimos años en cualquier otro país. Por ejemplo, la que hicimos en Nápoles fue muy agradable y la gente salió muy satisfecha. Espero que en el caso de España sea igual, y más tratándose de Valencia, que es una ciudad con una climatología muy buena, que se ha transformado mucho, y tiene unos espacios extraordinarios. Yo estoy convencido de que todos van a salir encantados con el entorno. Y por lo que respecta a la parte más práctica, vamos a hacer una asamblea seria, aportando ideas y mecanismos que mejoren permanentemente la gestión y el entorno en el cual nos movemos los productores y transformadores del sector avícola europeo.
¿Cuáles son los principales temas que se tratarán?
Federico Félix: Seguiremos hablando de temas recurrentes como el bienestar de los animales, tanto en la granja y en el transporte, como en el sacrificio; y también nos ocuparemos del paquete de higiene. Además, abordaremos otros de ámbito internacional como las negociaciones con terceros países, los aranceles con Suráfrica, China, o las negociaciones con Estados Unidos y Mercosur, entre otros aspectos.
¿Qué puede aportar Propollo a esta asamblea?
Ángel Martín: Sobre todo el punto de vista español y la defensa de la posición que le interese a España en un foro, como es AVEC, en el que convergen todas las ideas. El problema es hacer que entre todos elijamos lo que resulta mejor para el conjunto del sector. Evidentemente, como ocurre con cualquier otra organización, hay grupos que piensan que para ellos lo mejor es lo que están defendiendo. Y en nuestro caso tenemos que luchar por aquello que más beneficia al mercado español.
Federico Félix: Hay que tener en cuenta que somos un sector muy importante en la industria agroalimentaria europea. Por ejemplo, sólo nosotros consumimos más del 20% de los cereales de Europa. De ahí que la defensa de los intereses generales sea bastante compleja sin lastimar a nadie. Sin embargo, la importancia de AVEC es que podemos presentarnos como una única voz común.
Pero el sector también sufre presiones externas, ¿no es así?
Federico Félix: Por supuesto. Son los conocidos como grupos de presión. Por ejemplo, en el tema del etiquetado había mucho interés en que fuera genérico para la Unión Europea y que no se especificara el país de origen. Pero nosotros hemos logrado que aparezca el país donde se produce la carne. Lo mismo ha ocurrido con el cambio de criterios del bienestar animal durante el sacrificio. Llevamos cuarenta años utilizando el aturdido eléctrico, y ahora la nueva normativa parece diseñada para promocionar el aturdido por gas, lo que contribuye a llenar los bolsillos de los que quieren vender esa novedad. A cambio, la mayoría del sector ha sido seriamente perjudicada. No podemos consentir que se ponga en duda la carne de pollo, un alimento muy valorado y que resulta muy bueno para el organismo.
Ángel Martín: Nosotros no nos creemos en posesión de la verdad, pero después de tantos años haciendo nuestro trabajo, estarán de acuerdo con nosotros en que mejor que los propios productores y transformadores nadie sabe los que nos conviene. De hecho, cualquier cosa que no hacemos bien se traduce automáticamente en costes adicionales. Todas esas personas externas al sector que tratan de aportar ideas están muy bien, siempre y cuando sus intereses converjan con los del sector.
¿Creen que hay determinados países que se están dejando influenciar demasiado por estos grupos de presión?
Federico Félix: Una de las características de la producción de animales vivos es que, dependiendo del país, la climatología influye mucho en su estado de bienestar. No es lo mismo criarlos en el norte, donde las temperaturas son frías, que en la zona mediterránea, que son más benignas. Por tanto, cuando uno quiere introducir otras variables para mejorar cualquier elemento del transporte o sacrificio, todo eso está condicionado según el país donde se crían los pollos. Ahí es donde a veces chocan los intereses y donde de verdad nos vemos abocados a problemas ajenos al sector y que no nos benefician en nada. Nuestra preocupación es que las condiciones higiénicas de producción y los controles sanitarios sean al cien por cien lo más efectivos posibles. Y en este punto coincide todo el sector europeo. Es más, como reto personal trato de defender y concienciar que cuando hay un problema avícola en Italia, Alemania o Bélgica, automáticamente no se traslade al conjunto de la UE. Por eso tenemos que ser especialmente cuidadosos y hacer verdaderos esfuerzos para garantizar la seguridad alimentaria. Por fortuna estoy razonablemente satisfecho, porque se están haciendo los esfuerzos necesarios en ese sentido.
Pero, ¿cómo se puede competir con países que no tienen una normativa tan estricta como los de la UE?
Federico Félix: Etiquetando la carne producida fuera de esas normativas. Que todo el mundo sepa qué es lo que se va a comer y que asuma su responsabilidad. A lo mejor no pasa nada, pero que conozca que esa carne en concreto no ha cumplido los procesos exigidos en la Unión Europea. Ésa es la gran lucha que tenemos, y desde luego yo estoy dispuesto a dejarme la piel por que se sepa la procedencia de cada kilo de pollo que entra en Europa sin las normas comunitarias. Por ejemplo, cuando un señor hace una hamburguesa con carne de pollo de China o Tailandia, que merece todos mis respetos, debe indicarse que ese producto se ha fabricado allí; o al menos cuando lo compra el que hace las hamburguesas que sepa que está asumiendo un riesgo, porque no lleva la seguridad que tendría si lo adquiriera con los criterios normativos europeos.
Y en este sentido, ¿en qué punto estamos?
Federico Félix: El tema de la etiqueta del producto entero está resuelto, pues ya ha sido aprobado por la UE. Y los derivados es algo que pensamos dejar zanjado en la asamblea de Valencia. Evidentemente, siempre nos ayudan los problemas que ha habido con los equinos.
Pero en el canal tradicional es más difícil controlar el etiquetado…
Federico Félix: Los pollos han de salir etiquetados por parte de todos los fabricantes. Lo que voy a pedir a los inspectores es que pongan una multa a aquellos que no lleven la denominación de origen del producto. Lo que no podemos es asumir las responsabilidades de unos países que no cumplen las normativas, porque además nos pueden arruinar. No estamos hablando de una tontería. De hecho, ésa es la asignatura pendiente más importante que tenemos, y de la cual hemos conseguido una parte. Y digo más, no quiero acabar mi mandato como presidente de AVEC sin dejar que esto quede claro al cien por cien. En ello voy a poner todo el esfuerzo que haga falta para conseguirlo.
Comparando el sector avícola español con el de otros países, ¿en qué nivel nos encontramos?
Ángel Martín: Por suerte para la producción española en los últimos cinco años hemos tenido un gran crecimiento de la distribución moderna. De hecho, hoy en día es el gran comprador de pollo, y se utiliza este alimento como reclamo para atraer a los consumidores. Eso ha generado una presión enorme sobre los precios, lo que ha hecho que hayamos tenido que utilizar todo nuestro ingenio, capacidad creativa y enérgica para saber cómo salir de ahí.
Federico Félix: Yo afirmaría categóricamente que somos los que hacemos el mejor producto avícola del mercado europeo al precio más competitivo. Y ello por dos razones: porque hemos tenido necesidad y porque no nos han dejado otra salida más que utilizar mucho el ingenio para poder seguir vendiendo a los precios que la distribución en muchas ocasiones nos exige.
¿La red española de granjas y granjeros se encuentra a la altura de las circunstancias?
Federico Félix: España ha sido uno de los últimos países en incorporar toda la estructura de granjas, con lo cual tiene unas instalaciones avícolas muy modernas. De eso estamos muy satisfechos. Además, cuenta con un conjunto de granjeros que sabe, está acostumbrado, está peleando y vive por y para los pollos. Eso también hay que decirlo.
Y además están vertebrando el mundo rural, ¿no cree?
Ángel Martín: Sí, sin duda. En España hay más de 4.000 granjas. Por tanto, ahí tienes a miles de familias que están asentadas en el medio rural, y en la mayoría de los casos trabajan el padre, la madre, el tío… Asimismo, el conjunto del sector tiene más de cien mil empleos directos e indirectos. Nos sentimos especialmente satisfechos de aportar ese trabajo al asentamiento rural en España, ámbito en el que todos sabemos que ha habido una despoblación tremenda. Por eso, en comunidades como Extremadura o Galicia el sector avícola es muy importante.
Y en el tema de la seguridad alimentaria, ¿cómo ve el sector?
Federico Félix: Hemos avanzado mucho por dos motivos: por necesidad, pues cuando entras en un mercado europeo las exigencias son enormes y hay que adaptarse guste o no; y segundo, como decía, España es uno de los países de Europa donde más peso tiene el sector de la distribución moderna a la hora de comprar, con exigencias impresionantes. Por eso, la inmensa mayoría del sector tiene unas condiciones de trazabilidad y seguridad en la producción de carne de pollo extraordinarias.
Ángel Martín: Hay controles sanitarios en granjas, transporte, mataderos, fabricación de piensos, salas de incubación, granjas de reproductoras… En fin, en toda la cadena de producción. Es un sector absolutamente controlado. No en vano, sacrificamos diez millones de pollos todas las semanas. Si algo fallara, la repercusión podría ser brutal.
¿Cuál es el consumo per cápita de pollo al año en España?
Federico Félix: Algo más de 22 Kg, lo que nos sitúa como el segundo más alto de Europa. En términos generales, yo diría que el sector avícola, el porcino y los huevos somos los que damos de comer a este país. De hecho, no hay hoy en día ninguna carne en Europa ni en el mundo al precio que se hace la carne de pollo y que sea tan saludable.
Por último, ¿cómo les gustaría ver el sector dentro de un par de años?
Federico Félix: Esperamos que esté igual o un poco mejor. En ese tiempo los cambios en el sector no van a ser muy profundos, porque es muy dinámico y está bastante desarrollado. En cualquier caso, me gustaría que cuando la gente coma una pechuga, un muslo, un ala o una hamburguesa de pollo los controles fueran tan eficaces y exigentes que no se permitiera que hubiera ni un solo producto, bien en despiece o carne picada, que no se exigiera de dónde procede y cómo se ha procesado. Para mí sería una enorme satisfacción, porque sería una garantía de que todos los esfuerzos que estamos haciendo en el sector para que el consumidor tenga una carne buena y controlada no queden fulminados por cualquier intruso que llegue. Ése sería mi deseo como presidente del sector avícola en Europa.