CUK 51: Primavera. Guillermina Font, presidenta de la Sección de Seguridad Alimentaria y Nutrición del Comité Científico de AECOSAN
“Las empresas agroalimentarias españolas están lo suficientemente avanzadas en materia de calidad y seguridad alimentaria”
Licenciada en Farmacia por la Universidad de Granada y Catedrática de Toxicología en la Universidad de Valencia, Guillermina Font Pérez ha sido nombrada recientemente presidenta de la Sección de Seguridad Alimentaria y Nutrición del Comité Científico de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN). Desde sus inicios, su carrera profesional ha estado relacionada con la evaluación de riesgos toxicológicos en el ámbito de la seguridad alimentaria, materia sobre la cual hemos tenido la oportunidad de hablar con ella en esta entrevista.
DAVID MARCHAL
Cuáles serán sus funciones al frente de la Sección de Seguridad Alimentaria y Nutrición del Comité Científico de AECOSAN?
Mis funciones serán presidir la Sección de Seguridad Alimentaria y Nutrición del Comité Científico, que es el órgano encargado de proporcionar el asesoramiento necesario para que AECOSAN lleve a cabo las actividades que le son encomendadas, y moderar las reuniones del comité de expertos, que son al menos cuatro anuales. En este sentido, el Comité Científico asume el rol de proporcionar dictámenes en materia de seguridad alimentaria y nutrición, definir el ámbito de los trabajos de investigación necesarios para sus funciones, y coordinar los trabajos de los grupos de expertos que realizan actividades de evaluación de riesgos alimentarios en el marco de las actuaciones de la Agencia.
¿Qué labor desempeña esta Sección y cómo se estructura internamente?
La Sección de Seguridad Alimentaria y Nutrición lleva a cabo la evaluación de riesgos relacionados con los alimentos y está integrada por 20 miembros de reconocida competencia científica en ámbitos relacionados con la seguridad alimentaria y nutrición tales como Toxicología Alimentaria, Microbiología, Virología, Parasitología o Zoonosis Alimentarias, Epidemiología Humana y Animal, Biotecnología y Modificación Genética, Inmunología y Alergología, Nutrición Humana, Farmacología, Procesos Tecnológicos Alimentarios o Análisis e Instrumentación. Los miembros del Comité Científico son nombrados por el Consejo de Dirección por un período de dos años renovable, de acuerdo con criterios de excelencia, adecuación a las funciones requeridas, independencia y disponibilidad objetiva para el adecuado ejercicio de su función. Para elaborar los informes se nombra a un coordinador y se forman grupos de trabajo en los que, en ocasiones, participan expertos externos.
¿Cuáles son los retos a los que se va a enfrentar como presidenta de la Sección de Seguridad Alimentaria y Nutrición?
La sección lleva a cabo informes sobre temas de interés a petición del Consejo de Dirección de la Agencia, relacionados con la evaluación de riesgos químicos, físicos, biológicos y nutricionales, y es responsabilidad de la presidenta coordinar el trabajo de los miembros de cada grupo para que se realicen adecuadamente. Esta labor esta facilitada porque la Agencia cuenta con un muy buen equipo de profesionales que articulan y asesoran para el desarrollo de estos estudios y porque los miembros del Comité son expertos cada uno en su campo, lo que conduce a una visión pluridisciplinar en sentido amplio.
¿Cree que el sector agroalimentario español y las empresas que lo conforman están lo suficientemente avanzados en seguridad alimentaria?
Hay suficientes indicadores que ponen de manifiesto que el sector agroalimentario, cuarto de la Unión Europea, y las empresas alimentarias están lo suficientemente avanzadas en calidad y seguridad alimentaria por el incremento registrado de las exportaciones agroalimentarias españolas en los últimos años y la previsible tendencia al alza. Esto muestra la fortaleza de un sector productivo que sigue alcanzando récords de comercio exterior y posicionando nuestro país como referente en productos alimenticios. La internacionalización supone un cambio de mentalidad para los empresarios, ya que para competir en este entorno las empresas deben ofrecer garantía de calidad y trazabilidad; y por los resultados se observa que se está consiguiendo.
¿Cuáles serían las materias a las que, a su juicio, el sector debería prestar una mayor atención en este sentido?
Es importante una adecuada información sobre alimentación y salud, sobre todo si se tiene en cuenta que la alimentación es una de las principales fuentes para la creación de bulos y mitos, especialmente en Internet y las redes sociales. Es de destacar el crecimiento del mercado de nuevos alimentos y complementos alimenticios, así como de nuevos materiales de envasado y tecnologías de procesado, por lo que el sector debe prestar atención a la interrelación entre seguridad alimentaria y hábitos de la población del siglo XXI. En ese sentido, desde la AECOSAN se están haciendo esfuerzos en realizar informes sobre la seguridad de uso de complementos alimenticios que permitirán dar mayor seguridad tanto a los consumidores como a los fabricantes de estos productos.
En el ámbito de la toxicología, ¿cuáles son las principales aportaciones que se puede hacer a la seguridad alimentaria?
Las principales aportaciones son la evaluación de riesgos de los agentes químicos, físicos y biológicos, porque sin conocer qué agentes presentes en los alimentos pueden afectar la salud, cómo, cuánto, dónde y por qué se encuentran en los alimentos, no se pueden tomar medidas preventivas para tratar de evitar, o al menos minimizar, los riesgos de los consumidores, y especialmente en los grupos de población más susceptibles como niños, embarazadas, ancianos y pacientes con patologías crónicas.
¿A través de qué herramientas se pueden detectar problemas en los alimentos?
Son de distinta índole. Por una parte, se dispone de una red de alerta alimentaria. La gestión de la red se efectúa a escala nacional a través del Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI) que se encuentra integrado en la red europea RASFF. En el SCIRI participan, además de la AECOSAN, que es la coordinadora nacional, las autoridades competentes en materia de seguridad alimentaria de las Comunidades Autónomas y de las Ciudades Autonómicas de Ceuta y Melilla, el Ministerio de Defensa (a través de la Inspección General de Sanidad de la Defensa), la Comisión Europea (a través de la Dirección General SANTE) y la Subdirección General de Sanidad Exterior, Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad para las notificaciones de riesgos relacionados con la importación de productos alimenticios procedentes de países terceros. Además, participan otra serie de organismos y organizaciones mediante convenios de colaboración específicos en el marco del SCIRI.
¿Podría describir cuál es el protocolo que se sigue cuando se detecta que un alimento no cumple las medidas adecuadas de seguridad alimentaria?
Ante la detección de un problema, a través de la red se puede realizar la rápida localización de los productos implicados y la adopción de las medidas adecuadas para la retirada inmediata del mercado de los mismos, sin afectar a los productos que por su similitud con los que han provocado la alerta pudieran verse involucrados, lo que generaría importantes perjuicios a los operadores económicos implicados. En el portal de AECOSAN se encuentran las memorias anuales de todas las incidencias relacionadas con los alimentos y piensos en Europa. La base primordial del protocolo es el intercambio rápido de información sobre aquellos productos alimenticios que pudieran tener repercusión directa en la salud de los consumidores.
¿Considera que los consumidores están lo suficientemente informados y concienciados de los riesgos de la alimentación?
Los consumidores están concienciados sobre que los alimentos influyen sobre la salud a medio y largo plazo y las nuevas tecnologías proporcionan una información más que suficiente; pero otra cuestión es la adecuada interpretación que conduzca a comportamientos saludables, ya que los consumidores en general no poseen conocimientos en nutrición. Las encuestas nutricionales que realizó la Agencia en 2011 pusieron de manifiesto que la dieta actual española es de tipo occidental que se aparta cada vez más del patrón alimentario mediterráneo. Esta separación es menor de lo que cabría esperar gracias al alto consumo de pescado de la población española. Los datos mostraban ingestas muy bajas de verduras, hortalizas, frutas y sus derivados, ingestas bajas de cereales principalmente refinados, y un alto consumo de carnes y sus derivados y de productos elaborados con alto contenido en sodio, grasa y azúcares añadidos. Esto indica que la información y concienciación no son suficientes y que se tendrá que hacer más esfuerzos en políticas de educación sanitaria a todos los niveles.
¿Cree que los consumidores tienen una mayor preocupación por conocer las características de los alimentos que consumen? ¿Por qué?
Cuanto mayor es su nivel de formación, mayor es su preocupación por conocer la composición de los alimentos, la tecnología empleada para su producción y conservación, así como los aditivos alimentarios utilizados. Se dispone de información suficiente para conocer que las dietas no saludables están vinculadas a causas de muerte en el mundo como son el sobrepeso y la obesidad, la presión arterial alta, y las alteraciones en los valores de colesterol y glucosa en sangre. Sin embargo, es una creencia generalizada que con medicación no es necesario preocuparse de la dieta, o a pesar de la preocupación, es tarde cuando se ponen de manifiesto patologías que podrían prevenirse o mejorarse con una alimentación adecuada. Debe difundirse que los hábitos alimentarios saludables generan beneficios a lo largo de todas las etapas de la vida.
Por último, ¿qué opinión le merece el nuevo etiquetado de alimentos que entró en vigor a finales del año pasado?
Es muy interesante, porque introduce como novedad un etiquetado obligatorio sobre información nutricional para la mayoría de los alimentos transformados. Los elementos a declarar de forma obligatoria son: el valor energético, las grasas, las grasas saturadas, los hidratos de carbono, los azúcares, las proteínas y la sal. Todos estos elementos deberán presentarse en el mismo campo visual y podrá incluirse la indicación de porción y señalizaciones con símbolos tipo semáforo. Se tendrá que esperar a comprobar los comportamientos de los consumidores frente a estas etiquetas, para lo que deberán realizarse estudios dentro de unos dos años.
En breve
Una canción: Sinfonía nº5 de Mahler
Un libro: La ridícula idea de no volver a verte, de Rosa Montero
Una película: Cualquiera de Woody Allen
Una serie de televisión: Isabel
Un plato: Paella
Una app: Whatsapp
Un lugar para perderse: En la playa del pueblo
Un consejo: El camino del progreso no es rápido ni fácil (M. Curie)
Le encanta: Pasear por la orilla del mar
No soporta: Intolerancia